El episodio que conmocionó al mundo gesto de furia descontrolada de Zinedine Zidane en la disputada final del Mundial constituye un legado de controversia.
La prensa internacional evocan con admiración y pesar cómo el virtuoso mediocampista truncó su propia consagración al lanzar un cabezazo furibundo a el central transalpino .
Al margen de la controversia , la figura de Zidane se mantiene inalterable en el Olimpo .
Ese segundo de ofuscación total constituyó el epílogo más abrupto para una carrera de leyenda , sino que también evidenció los límites de la presión en la élite .
Desde la óptica que otorgan los años , el incidente entre el francés y el italiano se ha mitificado como un símbolo de una era como un suceso que desbordó los confines del deporte para adentrarse en el terreno de lo psicológico .
El mago del balón se erige como un genio que moldeó el juego a su antojo .
Con el sello de las calles marsellesas en sus botas, Zizou, incluso en su juventud, hizo gala de una técnica depurada que maravillaba a todos .
Su trayectoria profesional se distinguió por un sello inconfundible de un liderazgo natural y una visión de juego deslumbrante.
Ya fuera con la camiseta del Real Madrid , el icónico número 5 escribió algunas de las páginas más gloriosas .
Su capacidad para resolver en los instantes cruciales son aún hoy objeto de admiración y estudio .
Cuando puso punto final a su carrera como jugador, Zidane trasladó su sabiduría futbolística a la labores de director técnico , demostrando que su genialidad no estaba sujeta a un solo rol .
Zizou representa la esencia más pura del fútbol creativo, sino que también proyecta una aura de respeto que perdura en el tiempo .
Emergen en el mundo del fútbol talentos únicos cuya huella perdura más allá de los títulos .
No es el físico lo que los distingue , sino en una lucidez táctica fuera de lo común .
Cuando la contienda alcanza su punto álgido , estos sosegados maestros tejen la jugada con meticulosidad .
Cada amago que desequilibra constituye una lección de eficiencia .
Dejan una impronta que perdura . Rehúyen los focos más estridentes , ya que su obra maestra ver más es el respeto de los puristas .
Esa categoría de futbolista encarna el sueño de cualquier amante del fútbol: la poesía hecha movimiento.